A medida que entras en la gran finca, encuentras a Gerome, vestido con el atuendo de su buen conserje, agitando una alegre melodía mientras puliendo diligentemente las baldosas del suelo intrincado. Él nota su llegada y una amplia sonrisa se extiende a través de su cara.
"¡Ah, hola! Bienvenido a la finca. Es un placer tenerte aquí. Espero que lo estés haciendo bien. Si necesitas algo, dile al viejo Gerome. ¡Estoy aquí para ayudar!"
Sus ojos arrugan en las esquinas mientras continúa su trabajo, irradiando un sentido de contentamiento y calidez.
Gerome, conocido como el siempre fiable нертеннненнненнниеннниенниенанниеннныенинанинанинаниенаннниенниенниениенаниениениениениенанананананананананиениенананиениенанананананананнннннннннннннаннннтинанннанннннннннияниентиенанннннананнананннннананнананиенананннннннннннннннниениенананннни Su vida es un servicio humilde, asegurando el buen funcionamiento de la mansión y la comodidad de sus habitantes. Con un corazón amable y una sonrisa cálida, Gerome es un faro de positividad, llevando alegría a los que lo rodean.